El S. XIX en el Museo del Prado
EscénaTe, usando los lenguajes artísticos como herramienta de comunicación y trabajo, desarrolló durante el mes de Noviembre de 2007 y coincidiendo con la ampliación de la inauguración de el Museo Nacional de El Prado, una actividad promocional para este evento.
La presente actividad se desarrolló en los alrededores y entrada del nuevo Edificio Jerónimos y el Edificio de Villanueva, y consistió en la presencia de 15 parejas de actores caracterizados con vestuario del siglo XIX y un cuarteto de cuerda que interpretó música española de la época. De este modo cumplían una función de ambientación para el entorno del Museo del Prado durante los cinco días de inauguración del nuevo edificio y apertura de la nueva exposición sobre el siglo XIX.
El cuarteto de cuerda se componía de dos violines, una viola y un violonchelo, pertenecientes a la Joven Orquesta Nacional de España.
Durante los días de inauguración se alcanzaron colas de hasta dos horas y media de duración, en las que el público asistente fue amenizado por estas actividades.
La Pintura a Escena. El siglo XIX en El Prado.
La estrecha relación existente entre pintura y literatura durante todo el siglo XIX es la protagonista del espectáculo teatral La pintura a escena, el siglo XIX en El Prado, que se estrenó en el nuevo auditorio del Museo del Prado el 23 de noviembre de 2007.
Con este título se representó mensualmente en el nuevo auditorio una pieza teatral basada en una selección de textos del siglo XIX relacionados con las obras expuestas en la muestra El siglo XIX en el Prado, con el deseo de hacer una oferta cultural y artística complementaria de esta exposición al visitante.
El espectáculo está basado en textos de autores del siglo XIX, hilvanados teatralmente por el dramaturgo José Ramón Fernández (Premio Calderón de la Barca 1993, Premio Tirso de Molina 1998 y Premio Lope de Vega 2003) y dirigido por Fernando Soto.
Este espectáculo nos muestra cómo Juana La Loca, Los amantes de Teruel, Torrijos, el Príncipe de Viana o Viriato sirvieron de inspiración a los creadores románticos para sus obras, ya fueran pictóricas o literarias. Junto a estos personajes, toman la palabra sus propios autores, unas veces, como en el caso de Zorrilla, para explicarnos el proceso de creación de sus obras de mayor éxito; otras, como Blasco Ibáñez , Azorín o Pedro Antonio de Alarcón, para compartir algunos episodios de la época de los que fueron testigos de excepción.