Durante generaciones, Mondariz atesoró una tradición cestera propia muy apreciada en Galicia y también en Portugal que se caracterizaba por el uso de láminas de madera, en lugar de mimbre, y por el refinamiento de la confección artesanal. Hasta finales del siglo XX, eran pocas las familias de Mondariz que no tenían un artesano cestero en su árbol genealógico. El oficio se transmitía de padres a hijos, tanto en el taller como en el monte, pues el conocimiento de los árboles que servían de materia prima para los cestos, como los castaños, era tan importante como el manejo de las herramientas o la técnica de entrelazar láminas. Los cesteros de Mondariz, además de vender sus productos en las ferias de la comarca, trabajaban como artesanos itinerantes durante buena parte del año. En las localidades de la costa atlántica elaboraban cestos para los pescadores, mientras que en las localidades vitivinícolas del interior confeccionaban cestos para la vendimia y otras labores agrícolas. Este gremio de cesteros llegó a desarrollar una jerga propia para comunicarse entre sí. Toda esta riqueza cultural, sin embargo, se fue desvaneciendo cuando el oficio dejó de transmitirse entre generaciones. La llegada de los productos de plástico, mucho más baratos, hizo que la demanda de cestos disminuyera y que la cestería tradicional perdiese atractivo. A día de hoy, tan solo existe un cestero en activo que conserve la tradición artesanal de Mondariz: Enrique Táboas.
Con este proyecto audiovisual se ha buscado documentar la memoria colectiva del oficio de cestero y los aspectos culturales que lo rodeaban, como la jerga o la íntima relación con la naturaleza. Se trata de una obra polifónica en la que en la que sobresalen las voces de la tradición (Enrique Táboas) y la innovación (Idoia Cuesta), pero en la que también aparecen vecinos y vecinas de Mondariz para compartir recuerdos sobre el extinguido modo de vida de los cesteros itinerantes, imágenes de archivo que retratan el cambio o expertos que analizan el valor social y cultural del oficio. El documental, sin embargo, no se presenta como una obra audiovisual etnográfica, sino como un trabajo de recuperación de la memoria colectiva con clara visión de futuro. Aspectos como la contribución de las mujeres y la relación de la cestería con el medio natural tienen un gran protagonismo y conectan con el presente y el futuro.
La producción del documental fue promovida por el Concello de Mondariz (Pontevedra), a través de una subvención del programa «O Teu Xacobeo» de la Xunta de Galicia. El proyecto fue presentado en la 32ª edición de la Feria de los Oficios Artesanos de Mondariz, pero también incluyó proyecciones en otras seis localidades gallegas atravesadas por el Camino de Santiago durante el verano de 2021 para dar a conocer la cestería tradicional de Mondariz y promover una reflexión sobre la recuperación de los oficios artesanos.
